la ventana poco a poco se va pintando de dulces gotas de lluvia que me recuerdan que también hay días malos y que ellos son la razón de los días felices y soleados.
hoy, especialmente, me gusta la lluvia si me abrazas, refugiados de ella.
hoy me gusta que haga mal día porque tengo una excusa más para no salir de casa y poder tirarme el día cantándote al oído con la mirada que te quiero, aunque no salga de mí ni una sola palabra.
he vivido todo este tiempo en una mentira, sólo tú me enseñas con cada sonrisa que el amor no es como lo describen, que es mucho más de lo que podía imaginar, que de verdad existe y lo encuentro en tus pecas, en tus abrazos mientras estamos tumbados en el sofá o en esa cena que con tanto esmero haces para los dos.
eres ese punto de inflexión en medio de una carrera de la que no puedes retirarte, esa calma existente en casa con la más fuerte tormenta afuera, ese sabor dulce después de un limón, esa coraza que me proteje de cualquier problema que pueda aparecer.
y aquí estamos; yo, en medio de esta tormenta llamada juventud, y tú, de mi mano.
he vivido todo este tiempo en una mentira, sólo tú me enseñas con cada sonrisa que el amor no es como lo describen, que es mucho más de lo que podía imaginar, que de verdad existe y lo encuentro en tus pecas, en tus abrazos mientras estamos tumbados en el sofá o en esa cena que con tanto esmero haces para los dos.
eres ese punto de inflexión en medio de una carrera de la que no puedes retirarte, esa calma existente en casa con la más fuerte tormenta afuera, ese sabor dulce después de un limón, esa coraza que me proteje de cualquier problema que pueda aparecer.
y aquí estamos; yo, en medio de esta tormenta llamada juventud, y tú, de mi mano.