sábado, 27 de junio de 2015

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adiós.


¿has sentido, como yo, que esto no se iba a terminar nunca?
¿has sentido ese miedo de que esta vez sea la definitiva?
bien, si no es así, deberías.

yo también tengo miedo de que esto acabe, de que no haya más y tus besos sean el principal recuerdo que causen mis lágrimas.
yo también tengo miedo de que esta vez sea la última que discutimos.

tengo miedo y es normal, porque en el fondo no quiero perderte ni perderme a mí, mi esencia.
tú has provocado esta situación y, la verdad, no me gustaría volver atrás y seguir discutiendo cada poco tiempo, no quiero eso nunca más, aunque te quiera a ti.
he de decir que no me arrepiento de haber dado tanto por ti, porque al fin y al cabo es lo que sentía.

no quiero volver a verte ni a hablar contigo; sé que si es así, será más doloroso.
esto, se puede decir que es una carta de despedida.
echaré de menos aquello que nunca supimos qué es pero que nos gustaba tanto.
y sí, me despido para siempre.
por favor, sé feliz.

jueves, 4 de junio de 2015

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dilema.


¿qué hago?
puedo escurrirme en tus brazos y el tiempo dejar pasar y hacernos el uno al otro,
puedo huir a tierras lejanas en busca de otro brillo de sol y de éste olvidarme.

¿qué hago?
puedo cantar, bailar, gritar por ahí, divertirme y sonreír,
puedo mirar la luna mientras humedezco mis mejillas a base de lágrimas.

¿qué hago?
vaya dilema el de la playa y la montaña, el caminar o el descansar,
puedo correr y reír o sentarme y leer a la orilla.

¿qué hago?
puedo rendirme, decir que ya no hay más, que se acabó,
puedo levantar la cabeza y decir que esto no termina hasta acariciar el triunfo.

¿qué hago? que no lo sé ni yo y, ¡vaya dilema!

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